Wild Park en Dülmen
Prácticamente a dos minutos a pié de la ciudad de Dülmen se encuentra este parque natural de aproximadamente 250 hectáreas, que puede visitarse libremente. Los terrenos en que se ubica pertenecen a los duques de Croy -uno de sus antepasados fue el tutor del emperador Carlos I de España y V de alemania-.
En 1864 el duque de Croy encargó a un reconocido arquitecto paisajista inglés, E. Mille, el diseño de una zona de recreo en esta parte de sus propiedades, cercana al terreno donde viven libremente los caballos que, una vez al año, en parte son capturados para su venta constituyendo un espectáculo de gran belleza, tanto como la rapa das bestas, en Galicia o la saca de caballos en Almonte.
Tanto a pié como en bicicleta, incluso en silla de ruedas, puedes disfrutar de este entorno, con tres accesos, dos lagos, múltiples senderos señalizados y paisajes donde encinas, hayas y abedules se mezclan con distintos tipos de coníferas que alternan con praderas donde pastan libremente abundantes manadas de corzos, rebecos, gacelas y ovejas de diferentes razas.
Este parque natural es auténtico, no está pensado para el turismo. Ningún kiosko o cafetería te abruma con sus ofertas de recuerdos, venta de bebidas, golosinas o entradas de grupos. Aquí todo es gratis. Se ofrece a los visitantes la posibilidad de serenar su espíritu, fortalecer su cuerpo con el ejercicio, renovar el aire de sus pulmones....y gozar de la naturaleza. Bancos y mesas están estratégicamente colocados por si decides hacer una parada para reponer tus fuerzas. A cambio sólo se te pide que conserves el espacio como lo encontraste: sin basuras, chicles o colillas.
Me encanta poder distinguir el típico sonido de los pájaros carpinteros, del trino de los ruiseñores... la urraca y el grajo no me atraen en absoluto; el nerviosismo de las ardillas me hace gracia; te ven y te plantan cara; los conejos, en cambio.. huyen; los topos ni se inmutan, te observan desde los montículos que ventilan sus galerías...; las rapaces vuelan majestuosas, sin apenas mover las alas, mientras las garzas y patos parecen aletear con tanto esfuerzo que creerías que pesan una tonelada.
Y mientras paseas...la brisa, la luz del sol y el movimiento de las ramas te transmiten dulces sensaciones. Esta vez las flores de loto del lago y los rododendros no estaban en flor. Lástima, pero la jornada ha sido magnifica. Mis baterías están llenas de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario