El parque de tiempo libre del lago de Dülmen
Der Freizeitpark am Dülmener See.
Hoy amaneció un día soleado y con una temperatura que invitaba a salir. No lo pensamos dos veces y decidimos dar un paseo hasta el más cercano de los varios lagos que se encuentran en las inmediaciones de nuestra ciudad.Así pasaríamos el día en medio de la naturaleza y visitaríamos a unos amigos que tienen allí su casa.
Los apenas cuatro kilómetros que separan nuestra casa de este lago se recorren sin dificultad. La práctica del senderismo es muy común en Alemania y los caminos peatonales te permiten desplazarte de una ciudad a otra sin utilizar las carreteras.
Paralelo al curso de un riachuelo transcurrió una parte de nuestro camino. Los abetos, encinas, saucos y sauces llorones que lo flanqueaban, nos mitigaban los rayos de sol. En las aguas, las enhiestas flores amarillas de los nenúfares atraían los insectos y. el silencio era, a veces, roto por el croar de las ranas y el piar de las aves.
Se respiraba una gran tranquilidad.
Al lado opuesto del río se levantaban algunas casas con grandes jardines que limitaban con su orilla.
Muchas de ellas contaban con un pequeño embarcadero desde donde podían lanzar sus canoas al agua o distraerse intentando pescar con caña, remojar sus pies, deleitarse con el paisaje o simplemente saborear una taza de café....
El verano alemán es como la primavera andaluza... todo florece; el verdor de los prados y el colorido de las flores junto al azul del cielo y la buena temperatura transmite optimismo.
Los inviernos son fríos y grises. Las calles aparecen desiertas y la gente se reune en las casas, bien atemperadas.
La llegada de la primavera y el verano se celebran con júbilo. El jardín es el centro de reunión.... Se cuida con esmero, se mima....
Jamás había visto tanta variedad de flores y tanta literatura sobre el tema....
Incluso muchas familias abren sus jardines al público determinados días para que admiren sus trabajos....
Así va transcurriendo nuestro paseo.
Ya sólo nos queda atravesar este bosque. Estamos en la pura naturaleza.
Flanquean nuestro camino helechos y zarzamoras. Nos guarecen del sol las copas de chopos, olmos encinas, pinsapos.... que forman un bosque de galería.
En apenas 20 minutos nos espera el café y las raciones de tarta que nos tendrán preparadas nuestros amigos: tarta de manzana, de frutas del bosque, de ciruelas.... y todo con nata.
Habrá que reponer fuerzas... digo yo...
Justo aquí hemos alcanzado nuestro objetivo. Traspasado el jardín, estamos a la puerta de la casa de nuestros amigos.
Ellos han decidido dejar la ciudad para vivir a orillas del Lago, rodeados de naturaleza todo el año y sin renunciar a las comodidades: electricidad, calefacción, gas, agua corriente, canalización, internet....
Son felices con su elección.
Estoy deseosa de conocer el entorno. Me cuentan que esa orilla del lago se ha urbanizado para acoger viviendas residenciales -puedes vivir el año entero-, parcelas de alquiler para caravanas, zonas de camping, y zonas de alquiler de bungalow y cabañas de ditintos tipos.
En el lago puedes bañarte, practicar deportes náuticos y pesca.
Os muestro algunas fotos que tomé:
Es una opción de vida.
Yo he pasado un día estupendo.
En nuestro paseo por el recinto ocurrió una anécdota....: mientras descansaban en el jardín, una familia vió una serpiente -en Alemania no suele haberlas peligrosas- y se organizó un gran revuelo.... Naturalmente fueron muchos los que se sumaron a la misión de la captura del reptil.
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